lunes, 26 de agosto de 2013

Old Trafford, pasado y futuro



El estadio de Old Trafford, enclavado entre el canal Bridgewater por el norte y la vía del tren por el sur, proyecta su imponente sombra sobre los polígonos industriales y las calles bordeadas de hileras de casas adosadas, e incluso empequeñece el club Lancashire County Cricket con su presencia sobrecogedora.
Éste es el club de fútbol Manchester United, éste es el teatro de los sueños.
La frase que acuñó Bobby Charlton, recogida hace ya 26 años en el libro de John Riley titulado simplemente Soccer, caló hondo durante el periodo de éxitos sin precedentes que disfrutaron losDiablos Rojos a las órdenes de Alex Ferguson. Desde el nombramiento en noviembre de 1986 de este escocés, oriundo de Glasgow, la catedral del fútbol británico se ha visto sometida a una transformación espectacular hasta convertirse posiblemente en el mejor de todos los estadios ingleses pertenecientes a un club de fútbol.
Se trata del segundo estadio de fútbol de mayor tamaño en el Reino Unido, por detrás de Wembley, y actualmente el noveno de Europa. El edificio, hogar del Manchester United desde 1910, es obra del famoso arquitecto Archibald Leitch, entre cuyos trabajos emblemáticos se encuentran Goodison Park del Everton y el estadio Ibrox del Rangers.
En sus principios, el United jugaba en North Road y, a continuación, en Bank Street, en la cercana Clayton. Sin embargo, la mala calidad del campo resultaba un gran problema, por no mencionar las nubes de humo de las fábricas próximas. El influyente presidente de la entidad John Henry Davies decidió que el club necesitaba un recinto más apropiado y, el 19 de febrero de 1910, se disputó el primer partido en Old Trafford, contra el Liverpool, el eterno rival. Un periodista que asistió al encuentro describió el estadio, con su única tribuna cubierta, como “el más hermoso, el más espacioso y el más notable que he visto jamás. Se trata de un campo de fútbol sin parangón en el mundo, y de un auténtico honor para Manchester".
El estadio, convertido pronto en la envidia de los clubes de fútbol ingleses, albergó la repetición de la final de la Copa de la FA en 1911, y la final de 1915. Once años después, celebró su primer encuentro internacional: un partido entre Inglaterra y Escocia.
Cambios durante la guerra 
Cuando estalló la II Guerra Mundial, el ejército requisó Old Trafford para usarlo como almacén y, sin embargo, se siguió jugando al fútbol en su interior. El estadio sufrió dos bombardeos, el primero el 22 de diciembre de 1940 y el segundo el 11 de marzo de 1941, que destruyeron la mayor parte de su estructura, incluido el bien más preciado del club: la tribuna principal en el extremo sur. El recinto quedó inhabilitado para su uso, y el Manchester United se vio obligado a disputar los partidos como local en Maine Road, el hogar de su rival de la ciudad, el Manchester City.
Los costes del alquiler resultaron excesivos para el United, y la entidad acumuló una deuda que rondaba las 15.000 libras esterlinas. La presión se relajó ligeramente cuando Old Trafford volvió a abrir sus puertas en 1949, tras casi diez años ausente del fútbol de liga. Pieza a pieza, comenzó la restauración. Los focos se añadieron en 1959 y se construyó una nueva tribuna norte en 1965, que contenía los primeros palcos privados que se habían visto en los recintos futbolísticos británicos.
Con el surgimiento del vandalismo en el país a principios de la década de 1970, el Manchester United se convirtió en el primer club que erigió una valla en el perímetro del campo, con el objetivo de impedir que los espectadores invadieran el terreno de juego. Sin embargo, tras el desastre de Hillsborough, elInforme Taylor de 1990 recomendó que todos los estadios de la máxima división de liga de Inglaterrase convirtieran en recintos exclusivamente de asientos. Una vez efectuados los trabajos de remodelación pertinentes, el aforo de Old Trafford se había reducido en 80 años de 80.000 a 44.000 localidades.
La hegemonía del Manchester United en los primeros años de la Premier League trajo consigo un gran auge en la popularidad del club, que obligó a efectuar nuevas reformas en el estadio. Old Trafford albergó tres partidos de grupos, uno de cuartos de final y una semifinal de la Eurocopa 1996 ante una tribuna norte con tres graderíos, totalmente nueva. Con posteriores mejoras en los extremos oriental y occidental, la capacidad de Old Trafford había crecido hasta 68.217 espectadores para el momento en el que celebró su primera gran final europea en 2003, un partido decisivo de la Liga de Campeones entre dos conjuntos italianos, el AC Milan y el Juventus.
Actualmente, el estadio cuenta con un aforo de 75.957 localidades, tras el añadido de dos gradas en los extremos noroccidental y nororiental.
Old Trafford celebró su centenario el 19 de febrero de 2010 y, en noviembre de 2011, la tribuna norte recibió el nombre de Sir Alex Ferguson Stand, en honor a los 25 años del escocés en el puesto de entrenador del club. Old Trafford rinde homenaje a la historia por todo el recinto. El viejo túnel, la única parte del estadio original que ha sobrevivido hasta nuestros días, cambió su nombre por el de Túnel de Múnich en el 50º aniversario del accidente aéreo de Múnich en 1958. También se hallan placas dedicadas a las víctimas de la catástrofe de Múnich en el extremo sur y en la tribuna oriental. Además, el famoso reloj Múnich ocupa un lugar prominente.
En su exterior se yerguen tres estatuas: la primera dedicada a Matt Busby; la segunda, un grupo escultórico con George Best, Dennis Law y Bobby Charlton, llamado “The United Trinity” (La trinidad del United); la más reciente, una talla de Alex Ferguson, de casi tres metros de altura, instalada el 23 de noviembre de 2012.
Al igual que el Manchester United se niega a dormirse en los laureles sobre el terreno de juego, Old Trafford ya tiene planeada una nueva ampliación, que incluye la reforma de la tribuna sur, actualmente de un solo graderío. Terminadas las obras, el estadio habrá incrementado su capacidad hasta alcanzar aproximadamente 95.000 localidades.

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